Masturbacion anal

Masturbacion anal.

Todavía en nuestros días el sexo anal es un tabú para muchas mujeres, mas que nada porque se relaciona con el coito anal.

Hay muchos mitos y muchas realidades también sobre lo doloroso de esas relaciones, también sobre la higiene. En cuanto a lo segundo se puede experimentar en la ducha o después de la misma y en cuanto a lo primero lo cierto es que la falta de pericia y delicadeza de la pareja puede provocar ese dolor.

Si ellos fueran mas delicados y sensibles en el acercamiento, provocando y haciendo deseable la situación y tranquilizando a sus parejas ellas estarían mas predispuestas, por otra parte, ellas también deberían ser conscientes del placer que pueden obtener del sexo anal. Vamos a hablar de esta segunda parte.

Esa parte de tu cuerpo puede ser estimulada de muchas maneras placenteras. Si quieres empezar a experimentar todos los tipos de placer a tu alcance no descartes la masturbación anal. Es una forma perfecta de conocerte a ti misma, eliminar miedos y descubrir gran una fuente de placer tanto para ti cuando estás solita como para cuando estas con tu pareja  ¿Te atreves?

Primero que nada hazte con un buen lubricante, los hay especiales para la zona anal, tenlo a mano y  comienza con caricias en la zona de los glúteos y ve acercándote al ano. Acaricia la zona externa con movimientos circulares y se consciente de las sensaciones que te provoca, fantasea también con que alguien, quizá tu actor favorito te lo está haciendo, es importante estar predispuesta no solo físicamente sino emocionalmente .

Cuando te sientas preparada, aplica el lubricante y masajea la zona comenzando por introducir la yema de un dedo, mientras tanto la palma de tu mano roza tu vagina y la acaricia, empezaras a notar un doble placer, en tu vagina ese ya conocido de la masturbación vaginal y este otro nuevo el de la masturbación anal.

Tomate tu tiempo antes de introducir tu dedo, te tiene que apetecer,  quizá al principio notes que tu ano se cierra, no te preocupes, es un acto reflejo, al poco te relajaras y podrás meter tu dedo, verás que no duele y que sorprendentemente te produce placer. Si no es así deja entonces de realizar movimientos hasta que sientas que tu cuerpo se relaja y continúa después. De esta manera, con cuidado y cariño no sentirás dolor alguno, más bien al contrario, disfrutarás de nuevas sensaciones.

Si has probado un par de veces y te gusta la experiencia puedes dar un paso más y hacerte con un vibrador anal. Estos vibradores tienen un diámetro menor que los recomendados para uso vaginal. Existen muchos modelos para que puedas elegir el que más te guste y continúes descubriendo esta parte de tu cuerpo. Los vibradores anales harán tu vida íntima más divertida.

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